lunes, 8 de abril de 2013

Muchas de las sierras extremeñas están coronadas por grandes roquedos de cuarcita, que emergen sobre la densa orla de vegetación del bosque mediterráneo o de las dehesas. La seguridad de las rocas, con frecuencia inaccesibles, y la densa barrera que constituye la vegetación de las laderas, propician que algunas aves seleccionen estos lugares para nidificar y eviten así las molestias humanas o de sus depredadores naturales.


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